Vivienda de protección oficial en Madrid

El gran patio central y su ascendente topografía de cubiertas se conciben como un gran oasis protegido de las inclemencias climáticas, un espacio con vegetación que, de hecho, se conforma como la prolongación de los espacios verdes del entorno de la parcela que suben llenando de vida y frescor el interior del edificio a través de la Planta Baja, a la que llegan algunos de los vaciados del patio central.

La dualidad entre la consistencia de la fachada exterior del edificio y la mayor fragmentación del patio interior, caracteriza el proyecto. La idea es responder de un modo firme y abstracto a la morfología urbana circundante, y en cambio generar un ámbito interior de escala más humana, como si fuera un pequeño pueblecito, en el que el escalonado de la sección y la disposición de los vacíos, configuran espacios de dimensiones acogedoras y domésticas. Y que consigue mejorar notablemente el asoleo y la ventilación con respecto a la que se obtendría (con una edificabilidad equivalente) con el típico patio interior se sección recta.

Con solamente dos núcleos verticales de comunicación y pasarelas que discurren por el patio interior, se consigue servir a todas las viviendas lo cual significa una importante reducción de costes mediante la optimización de los espacios servidores.

La agregación tipológica y la sección escalonada parten de una concentración de los espacios de servicio en las zonas centrales de las viviendas, manteniendo la verticalidad de las instalaciones, lo cual permite una gran flexibilidad de agrupamiento, posibilitando que, en el futuro, pueda ampliar-se o reducir-se el tamaño de las viviendas fácilmente, mediante la agregación de crujías de las viviendas vecinas o fraccionando más las tipologías sin perder calidad espacial.

La regularidad de la distribución en planta permite una estructura racional y ordenada, todo el edificio se organiza en base a un módulo de fachada de 94×320 cm., que permite el uso de sistemas constructivos estandarizados con un alto grado de prefabricación, y gran eficacia y rapidez en la puesta en obra, como es el caso de los paneles aluminio que se proponen para la fachada exterior (paneles Robertson o similar), y el SATE con base de corcho para la fachada del patio interior.

En el interior de las viviendas, un espacio concatenado conforma la tríada de salón-comedor-cocina, que se extiende desde fachada exterior a la fachada de patio interior generando un gran ámbito que aglutina el centro de la casa, evitando que haya espacio perdido en pasillos o circulaciones, y posibilitando que todas las viviendas tengan doble orientación. Las cocinas se conciben independizadas del salón en todas las viviendas, aunque fácilmente podrían integrarse al estar-comedor en todas sus tipologías.

Los espacios intermedios que relacionan las viviendas con el exterior, el umbráculo de entrada y la galería-balcón, sirven como espacios-cojín climáticos que garantizan la eficiencia energética.