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El punto de partida del proyecto del espacio polivalente de Can Carrencà, es la integración del nuevo edificio en el parque, que se configura como un nuevo espacio re-naturalizado, con límites permeables, conectado ecológicamente con los espacios naturales de la Cordillera de marina.
Para lograr esta sinergia entre edificio y parque, unos planos longitudinales de acero corten dispuestos perpendicularmente a la pendiente, dejan discurrir el verde entre ellos, organizan el paisajismo y a su vez ejercen como costillas estructurales del nuevo edificio, de tal manera que se obtiene una unidad entre orden natural y construcción.
Concepto
La organización paisajística, propone un proyecto para la totalidad del parque (en esta primera fase todavía no en desarrollo), que mediante un pentagrama de costillas de acero corten, organiza las circulaciones y la topografía, introduciendo un eje peatonal que cruza el parque longitudinalmente, conectando sus diferentes niveles. A la cota donde se encuentra la masía, se ha dispuesto el nuevo espacio polivalente, la volumetría en L del cual genera una plaza: un nuevo polo de atracción con suficiente fuerza para convertirse en un centro urbano por Martorelles. Desde allá es por donde se accede a la gran sala polivalente y donde dará servicio el nuevo bar que actúa como elemento dinamizador y de “cierre” del espacio.
En el edificio, los planos de corten, ahora convertidos en pantallas estructurales, sostienen la gran cubierta vegetal, entendida como una extensión de la superficie del parque. Las cubiertas transitables sobre la galería y el bar, representan una extensión de la zonas transitables del parque de tal manera que sus recorridos sigan por sobre el edificio. Al mismo tiempo, la disposición perpendicular a la pendiente de las costillas y el mantenimiento del talud de la fachada noreste, hacen “entrar” el paisaje dentro del edificio y permiten las vistas pasantes, consiguiendo que aquello construido no interrumpa la continuidad visual del paisaje.
Aceptando la disposición del edificio marcada por el planeamiento, la volumetría propuesta trata de abrirse hacia la buena orientación para asegurar un comportamiento energético óptimo: el bar abierto hacia el sudeste y el gran volumen del espacio polivalente dispuesto mirando hacia sudeste y suroeste. En planta primera, se colocan los despachos de las entidades locales. Todas las fachadas incorporan sistemas domotizados de estores o postigos microperforados de corten para protegerse de la insolación. Interpuesta entre la sala polivalente, la plaza y el bar, aparece la galería de acceso, utilizada como distribuidor de circulaciones y, a su vez, como gestor climático. La combinación de estas estrategias energéticas pasivas con un sistema de placas fotovoltaicas y bomba aerotérmica, posibilitan un edificio de consumo casi nulo (nZEB).
